Hoy en día hay más de 1.200 millones de jóvenes (15-24 años) en el mundo. Todos los días, los y las jóvenes enfrentan desafíos para ingresar al mercado laboral y encontrar empleos decentes que aseguren la sostenibilidad a largo plazo.
En las zonas rurales, los desafíos se hacen más complejos. Las restricciones del acceso a la tierra, los recursos naturales, el financiamiento, la tecnología, el conocimiento, la información y la educación, dificultan que la juventud contribuyan a la economía rural.
Pocos y pocas jóvenes pueden quedarse en áreas rurales y vivir de la agricultura. A menudo la única opción es migrar. En América Latina y el Caribe, los jóvenes representan el 25,3% de la población y en promedio representan solamente el 17,5% de la población rural de la región como notamos en el gráfico abajo (FIDA, 2019).
Además, los datos muestran la salida de l@s jóvenes de las áreas rurales y la necesidad de agregar métodos de producción y conocimientos innovadores realizados por y para ell@s.
El FIDA entiende que invertir en la juventud es crucial para generar un crecimiento económico rural dinámico. Por ello, para 2019 al menos el 50% de nuestros proyectos contarán con elementos que fomenten el empoderamiento de la juventud rural.
Los jóvenes son menos adversos para asumir riesgos, mejores para innovar y adoptar nuevas tecnologías. Estas habilidades serán fundamentales para la reforma del sistema alimentario y la adaptación al desafío global de la crisis climática.
Para más información, vea nuestro Informe sobre el Desarrollo Rural (2019) disponible aquí.