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Flor de Tierra (Guatemala)

Flor de Tierra, una agricultura con amor, libre de agroquímicos

“No queremos cambiar la agricultura, ya lo estamos haciendo.” Este es el eslogan de Benjamín, fundador de la iniciativa guatemalteca Flor de Tierra, ganadora del Premio a la Innovación Juvenil Rural en la categoría Conservación. Benjamín es Técnico en Producción agrícola, Ingeniero agrónomo y sueña con ver en Guatemala una agricultura limpia, a raíz de su iniciativa que une ciencia con experiencia y tiene cada día más adeptos.

En 2016, Benjamín inició su proceso de tesis, como estudiante en agricultura sostenible. En busca de alternativas al uso de los agroquímicos, con el apoyo financiero del programa CRIA del IICA[1], enfocó su investigación en la creación de un abono elaborado a base de materia orgánica para el cultivo de los tomates. Rápidamente, al comparar su hallazgo con los abonos comunes hechos con fertilizantes químicos, se dio cuenta que obtenía el mismo resultado o incluso mejoras en la producción -mayor cantidad de fibras, proteínas y minerales- con tan solo un producto hecho con materias primas locales.

Sin embargo, no fue fácil convencer. “En Guatemala ha habido varios proyectos de abonos orgánicos, pero no funcionan. No funcionan porque por un lado la gente está acostumbrada a comprar químicos y por otro lado porque son tecnologías que vienen generalmente de otros lugares y sólo las quieren aplicar sin probarlas antes. Entonces muchas veces no funcionan y las personas se siguen quedando con la idea de usar químicos” explicó Benjamín. Seguro de la eficacia de su producto, tras el fallecimiento de su abuelo por cáncer gástrico, Benjamín decidió asociarse en 2019 con tres amigos, Guadalupe, Cristian y Ernesto para fundar Flor de Tierra.

Marco de León, productor, a punto de probar el abono líquido de Flor de tierra, elaborado sin quimicos.

Uno de los primeros experimentos, lo realizaron en Tejutla, en la región de San Marcos, con un productor de tomates que les prestó, con bastante escepticismo, una parcela de prueba. El resultado obtenido generó para el productor un aumento de aproximadamente 40% de su rendimiento y tomates de un tamaño mayor a los que había plantado él con uso de agroquímicos. Así, los integrantes de Flor de Tierra fueron probando que transformar pensamientos es posible, pero que requiere concientización de parte de todos los actores del mercado.

Del lado del consumidor, sucede lo siguiente: “Las personas van a los mercados y creen que por eso están consumiendo de forma saludable, sólo porque compran verduras, pero en realidad no saben cuántos pesticidas y fertilizantes químicos les han metido a sus productos” cuenta Benjamín. Y del lado de los agricultores, gastan cada vez más dinero porque las plagas se fortalecen y la agricultura se vuelve menos rentable. Frente a esta doble problemática, Benjamín está usando lo que aprendió y heredó de los ancianos, es decir conocimientos ancestrales y amor a la tierra combinado con conocimientos científicos que adquirió en la universidad. 

Benjamín, enseñando tomates producidos sin químicos.

Hoy, Flor de Tierra organiza talleres de hasta tres o cuatro días para enseñar a los productores a fabricar sus propios abonos con productos orgánicos locales. Está también introduciendo nuevos productos a distintos agroservicios. Contactado por organizaciones y municipalidades, el equipo va difundiendo su propuesta por todo Guatemala. Luego, ofrece un seguimiento vía WhatsApp que permite además medir el impacto de los cambios que está generando. Porque más allá de vender, Flor de Tierra está desarrollando una red de productores convertidos y convencidos de los beneficios del uso del abono orgánico: “La idea es que esto se riegue”, dijo Benjamín.

Debido a la pandemia de COVID-19, las actividades de Flor de Tierra han tenido que adaptarse. Pero en lugar de detener este primer impulso, han ampliado su mercado de forma significativa, volteandose ahora hacia la ciudad. Y con nuevos talleres para huertos y jardines urbanos, han encontrado nuevos adeptos. “Hemos pasado de que nadie nos creyera a asesorar tesis” explicó Benjamín. Sin lugar a duda, el cambio de mentalidades hacia las buenas prácticas y el uso de productos libres de químicos, tan anhelado por Benjamín, ya está en marcha.

Para saber más acerca de Flor de tierra, acceda su Facebook e Instagram.

[1] Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura

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